sábado, 5 de octubre de 2013

En las entrañas del Leviatán. Una mirada a las Indias desde Madrid.



Jean-Pierre Berthe y Thomas Calvo (eds.), Administración e imperio. El peso de la monarquía hispana en sus Indias (1631-1648), Zamora, El Colegio de Michoacán, Fideicomiso Teixidor, 2011, 401 p. (Colección Fuentes). ISBN-9786077764724

¿Era el imperio español de la primera mitad del siglo XVII ya un poderoso Leviatán? La metáfora bíblica utilizada por Thomas Hobbes en 1651 para referirse al Estado (república, civitas), ese "hombre artificial" administrador en surgimiento y que todo lo devora, parece no venir mal sobre todo a la hora de observar las cosas desde las mismas entrañas del monstruo. Y nunca mejor que para las décadas de 1630 y 1640: apogeo de la universalidad e inicio del derrumbe del Leviatán hispánico.

Administración e Imperio es una invitación para conocer de cerca la perspectiva que tenían los hombres que hacían posible la organización de la vasta maquinaria de la monarquía en la época de Felipe IV y del Conde Duque de Olivares. En este libro se reproducen, analizan y anotan los textos de dos oficiales del Consejo de Indias por esos años. Uno es el Memorial informatorio al Rey Nuestro Señor, en su real y supremo consejo de las Indias, cámara y junta de guerra, de Juan Díez de la Calle. Fue publicado por el autor en 1645, previamente a la impresión del mucho más conocido Memorial y noticias sacras... (Madrid, 1646).(1) El Memorial informatorio..., del cual ha sobrevivido el embate del tiempo alrededor de una docena de ejemplares, se reproduce en facsímil en esta edición para su análisis.

El otro texto, inédito hasta ahora, es la Relación de los oficios i cargos de gobierno, justicia, hacienda, guerra i mar perpetuos u temporales que por gracia u merced o venta o renunciación provee su Magestad del Rey nuestro señor, del licenciado Antonio de León Pinelo (o Antonio Rodríguez de León Pinelo), elaborado entre 1631 y 1648. La Relación... está profusamente anotada y a los dos textos los precede un largo y sustancioso estudio a cargo de Jean-Pierre Berthe y Thomas Calvo.

Como dicen los propios editores, los dos trabajos son "una radiografía del aparato de Estado", pues ofrecen una minuciosa y detallada visión de cómo se veía la complicada administración de las Indias desde Madrid, a un siglo y medio de comenzar a construirse. Fundamentalmente, se estructuran como una  relación de los oficios públicos pertenecientes a la maquinaria que hacía posible gobernar las Indias. A través de ellos, sabemos qué oficios y cargos eran provistos en cada uno de los virreinatos (México y Perú), detallando los que laboraban en cada audiencia y sus distritos, en cada diócesis y arquidiócesis, en cada plaza militar y en cada oficina de hacienda. Sabemos también el monto de los salarios que se pagaban anualmente a cada uno de los oficiales así como los ingresos por diezmos en cada diócesis y la manera de repartirse entre el clero diocesano, la fábrica de la iglesia catedral y la parte correspondiente al rey (el noveno real). Eventualmente (sobre todo el texto de León Pinelo) nos da información sobre el precio de venta de los oficios vendibles y renunciables, es decir, aquellos oficios públicos que eran adquiridos en propiedad por particulares, como los de escribanos de cámara de las reales audiencias. En resumen, los textos de Díez de la Calle y León Pinelo ofrecen valiosa información para el historiador interesado por la estructura y el funcionamiento del gobierno y la administración de justicia indianas en la época de los Austria.

La introducción de Berthe y Calvo, por su parte, permite poner en su contexto los trabajos de los dos oficiales del consejo. Hace más énfasis en presentar a Juan Díez de la Calle quien, al contrario del licenciado León Pinelo, no ha recibido tanta atención por los historiadores.(2) El resto de la introducción explica detalles importantes para entender el proceso de composición de las dos obras, como la situación de la corona castellana en la primera mitad del siglo XVII, las características de una época pre-estadística, la dificultad para hacerse del conocimiento del Nuevo Mundo desde los escritorios de los oficiales del Consejo de Indias a través de correspondencia y noticias, sin dejar de lado la gran complejidad de los oficios públicos en una época en la que el Leviatán estaba en construcción. El balance: una excelente muestra de cómo presentar fuentes que sean de utilidad para los historiadores.

Evidentemente, Administración e imperio... es una obra, como diría Stendhal, para los happy few interesados en el estudio del gobierno de la monarquía hispánica durante el reinado de los Austria. Pero muy útil.

Datos:
* El libro puede conseguirse en la librería virtual de El Colegio de Michoacán, A.C.
* La imagen de la portada es un detalle de La conferencia de Cártago, óleo sobre tela que forma parte de la colección del Templo de San Agustín en Morelia.

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Notas y referencias.
(1) Juan Díez de la Calle, Memorial y noticias sacras y reales del Imperio de las Indias Occidentales al muy católico, piadoso, y Poderoso Señor Rey de las Españas y Nuevo Mundo, D. Felipe IV. N.S. en su Real y Supremo Consejo de las Indias, cámara y junta de guerra. Comprehende lo eclesiástico, secular, político y militar, que por su secretaría de la Nueva España se provee: presidios, gente y costas, valor de las encomiendas de indios y otras cosas curiosas, necesarias y dignas de saberse, Madrid, 1646. Esta obra fue reeditada ya en el siglo XX (1932) por la Sociedad de Bibliófilos Mexicanos, con introducción y notas de Joaquín Ramírez Cabañas. Un muy buen estudio reciente sobre Juan Díez de la Calle, cuya edición en español esperamos pronto, es: Guillaume Gaudin, Penser et gouverner le nouveau monde au XVIIe siècle. L'Empire de papier de Juan Diez de la Calle, commis du Conseil des Indes, Paris, L'Harmattan, 2013, 348 p.

(2) Guillermo Lohmann Villena dedicó sendos estudios a León Pinelo, sobre todo en la edición de El gran chanciller de Indias, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano Americanos, 1953

martes, 24 de septiembre de 2013

Pintura virreinal en Michoacán: reseña del primer volumen editado por Nelly Sigaut

Acaba de llegar a mis manos el más reciente número de la revista Historia Mexicana, dirigida por Óscar Mazín y editada por el Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México. Se trata del 249, correspondiente al volumen LXIII:1 (julio-septiembre, 2013), y que trae, como siempre, una sección de artículos muy interesante y otros detalles.

Pero no voy a tratar in extenso el contenido de la revista sino anunciar la aparición de mi reseña a Nelly Sigaut (ed.), Pintura virreinal en Michoacán (Vol. 1), Zamora, El Colegio de Michoacán/Secretaria de Cultura de Michoacán, 2011, 406 p. [ISBN 978-607-7764-98-4].

Tuve el privilegio de presentar el libro de Nelly Sigaut en las dos sedes de El Colegio de Michoacán, Zamora y La Piedad, entre finales de julio y principios de agosto del año pasado (2012). El libro ya había tenido una presentación previa, en el Museo de Arte Colonial de Morelia, a mitad del mes de julio. En aquella ocasión  los presentadores fueron tres importantes estudiosos de la historia de la Iglesia en la Nueva España: Óscar Mazín, investigador del COLMEX y quien cuenta con una obra fundamental sobre los cabildos catedral; Manuel Ramos, director del CEHM (Carso) y especialista en las órdenes conventuales en la Nueva España; y Tomás de Híjar, historiador y juez eclesiástico de la arquidiócesis de Guadalajara. La presentación fue, por demás, enriquecida con la participación del público asistente, a la vez que muy emotiva por la presencia de los miembros del Seminario Permanente de Estudios de Pintura en el Occidente de México que la doctora Sigaut ha dirigido en Morelia desde 2007.
Presentación en Morelia. De derecha a izquierda:
Tomás de Híjar, Manuel Ramos, Oscar Mazín.
20 de julio de 2012

Después de la presentación en Morelia, el handicap para un nuevo presentador resultaba más que abrumador. ¿Qué decir de un catálogo razonado de pintura colonial sin ser especialista ni en historia del arte ni en historia de la Iglesia? Al contrario de lo que podría pensarse normalmente en este tipo de eventos académicos que derivan de relaciones académicas aparentemente "cerradas" y sólo para especialistas, la posibilidad de abrir el diálogo interdisciplinario es una oportunidad enriquecedora y fructífera. Los temas terminan por abrirse en la diversidad de vasos comunicantes que existen entre la pintura, el patrimonio, las instituciones, la sociedad, la economía y cualquiera de los diversos estancos en los que hemos encerrado el fenómeno de la cultura y el ser humano.

Claro que, para que esto sea posible, la obra a comentar y discutir necesita -por fuerza- tener la posibilidad de asirla desde distintas perspectivas. En este sentido, Pintura virreinal en Michoacán es mucho más que un simple catálogo de obras pictóricas depositadas en diversos repositorios michoacanos, algunos de ellos accesibles, como las del templo de Santa Rosa (Las Rosas); algunas de ellas nada accesibles al público como las del convento de San Agustín. No se trata de un simple recuento de las piezas. Es, por el contrario, un catálogo razonado que sigue una rigurosa metodología analítica que debe mucho a la labor de don Héctor Schenone -deudor de Warbug y Panofsky- cuya labor señera en la historiografía del arte latinoamericano es indiscutible. Alumna aventajada de Schenone resulta Sigaut quien, con un equipo de historiadores adscritos al Seminario Permanente se dio a la tarea de explicar, analizar y contextuar cada una de las piezas pictóricas recogidas en este primer volumen de los cuatro proyectados, que en conjunto darán cuenta del patrimonio iconográfico michoacano entre los siglos XVI y XVIII.

Esta labor meticulosa es lo que precisamente nos permite apreciar, más que opinar, desde otras subdisciplinas de la historia, acerca de la calidad e importancia del trabajo realizado. Porque catalogar pintura en el Michoacán virreinal nos ha dado la oportunidad de revisar la importancia de la administración diocesana en la Nueva España, de las redes de relaciones políticas y sociales, de la impronta de la cultura hispánica en las comunidades de indios de la meseta y otros muchos temas. Pero, por supuesto y en primer lugar, la característica regional y universal de la pintura patrocinada por las élites locales y su gusto, en contraposición y diálogo con el resto de las obras creadas en el ámbito de la monarquía hispánica.


Datos:
* El libro puede adquirirse en la librería virtual de El Colegio de Michoacán, A.C.

jueves, 18 de octubre de 2012

Presentación del libro Formas de Gobierno en México




El Colegio de Michoacán, A.C.  a través de su Centro de Estudios Históricos tienen el gusto de invitarlo a la presentación del libro

Formas de gobierno en México.
Poder político y actores sociales a través del tiempo
Coordinado por Víctor Gayol

que tendrá lugar el viernes 19 de octubre de 2012 a las 16:00 hrs. en el marco de la IV Feria del Libro y la Lectura de Morelia, Michoacán.

Presenta el libro el Dr. Oriel Gómez Mendoza
Facultad de Historia, UMSNH

Auditorio del Centro Cultural Clavijero
Nigromante 79, Centro, Morelia, Michoacán
(443) 321 2141

Presentación del libro El Gobierno de la Justicia.


El Colegio de Michoacán, A.C.  a través de su Centro de Estudios Históricos y el Archivo Histórico del Municipio de Colima tienen el gusto de invitarlo a la presentación del libro

El Gobierno de la Justicia.
Conflictos jurisdiccionales en Nueva España, S. XVI-XIX
Coordinado por Rafael Diego-Fernández y Víctor Gayol

que tendrá lugar el viernes 19 de octubre de 2012 a las 16:00 hrs. en el marco de la IV Feria del Libro y la Lectura de Morelia, Michoacán.

Presenta el libro el Mtro. Jaime Hernández Díaz

Auditorio del Centro Cultural Clavijero
Nigromante 79, Centro, Morelia, Michoacán
(443) 321 2141

martes, 11 de septiembre de 2012

Novedad editorial: Formas de gobierno en México. Poder político y actores sociales a través del tiempo

Víctor Gayol (coord.), Formas de gobierno en México. Poder político y actores sociales a través del tiempo. Vol. I Entre Nueva España y México, Zamora, El Colegio de Michoacán, 2012

Víctor Gayol (coord.), Formas de gobierno en México. Poder político y actores sociales a través del tiempo. Vol. II Poder político en el México moderno y contemporáneo, Zamora, El Colegio de Michoacán, 2012
Cuarta de forros:


Formas de gobierno en México es el resultado de un esfuerzo colectivo de reflexión que tomó cuerpo en un primer momento como tema del 30o Coloquio de Antropología e Historia Regionales efectuado del 22 al 24 de octubre de 2008. Dicha reflexión buscó ahondar en las relaciones entre el poder político y los actores sociales a través del tiempo, para poner de nueva cuenta sobre la mesa de discusión la pertinencia de utilizar conceptos y categorías de análisis como  estado ,  sociedad ,  tradición ,  modernidad ,  antiguo régimen , entre otros.
Los académicos invitados, que provienen de diversas disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades, fueron convocados a exponer sus puntos de vista y avances de investigación sobre algunos de los periodos paradigmáticos de la historia mexicana, desde la formación de la Nueva España hasta el México contemporáneo, partiendo de tres ejes disciplinarios básicos: la historia crítica del derecho y las instituciones, la nueva historia política, así como la historia sociocultural y la antropología histórica.
A lo largo de los días del Coloquio, el diálogo de temas y disciplinas se enriqueció con el debate iniciado por los comentaristas, los ponentes y el público asistente. Quedan estas memorias como testimonio de ese diálogo y como invitación a la revisión contante de nuestros temas de investigación.

Índice general:

Introducción general
Víctor Gayol

Volumen I. Entre Nueva España y México: la transformación del gobierno jurisdiccional
Introducción

1.  Pluralidad de poderes, pluralidad de jurisdicciones
Justicia y política entre Nueva España y México: de gobierno de la justicia a gobierno representativo
Carlos Garriga Acosta

La imagen de la monarquía en las juras reales de la Nueva España (1556-1814)
Salvador Cárdenas Gutiérrez

Una hierocracia hispánica: los obispos de la Nueva España
Oscar Mazín

Los mandatos reales y la legislación de la iglesia indiana. El segundo concilio provincial mexicano y el tercero limeño
Leticia Pérez Puente

2. Cuerpos intermedios y formas de control
El monarca español y el gobierno de sus ciudades; la hacienda de la ciudad de México
Esteban Sánchez De Tagle

Fiscalidad y poder político: el cabildo poblano en la gestión de la alcabala, 1642-1697
Yovana Celaya Nández

El Real Tribunal de Minería y el trabajo forzado bajo los Borbones
Chantal Cramaussel Vallet

3. Hacia el cambio: proyectos y modelos.
Las propuestas de 1808
Carlos Herrerón Peredo

La idea autonómica en los años gaditanos. Lecturas paralelas de Manuel de la Bárcena (1769-1830) y Félix Varela y Morales (1787-1853)
Rafael Rojas Gutiérrez

La búsqueda de un modelo “propio” en la conformación del nuevo Estado
María Del Refugio González Domínguez

Volumen II. La consolidación del poder político y la transformación de los actores sociales.
El 1er. federalismo: Arquitectura política territorial. Control y representación política 1824-1835
Hira De Gortari

El gobierno de los pueblos, 1812-1855
Beatriz Rojas

Los Pueblos Indígenas Y El Nuevo Modelo Liberal: Justicia, Política, Propiedad. Centro De México, 1821-1876.
Daniela Marino

La afirmación del orden social en el Estado liberal y las nuevas congregaciones religiosas.
Cecilia Adriana Bautista García

Salir del porfiriato.
Elisa Cárdenas Ayala

3. Poder político, intermediación y sociedad civil en el México contemporáneo.
El impacto de la oposición armada en la reforma del Estado. Las decisiones de 1977.
Verónica Oikión

Intermediación, traducción y desarrollo social: lenguaje y poder en las políticas públicas del México contemporáneo
Alejandro Agudo Sanchiz

Fe y revolución. La influencia de la catequesis y pastoral de la Diócesis de  San Cristóbal en la participación indígena en el EZLN
Marco A. Estrada Saavedra

Sociedad civil, sociedad política y democracia en el México contemporáneo.
Alberto Olvera Rivera

4. Nuevas formas en la relación poder político y actores sociales: la prensa y la televisión en el siglo XX.
Todo asesinato es asesinato político: Homicidio y esfera pública en el siglo veinte.
Pablo A Piccato

Entre Nuestro barrio y Pueblo en vilo. Melodramatizando y mexicanizando el ‘Buen Vecindario’ en los años 60.
Seth Fein

Índice onomástico
Sobre los autores




lunes, 10 de septiembre de 2012

Novedad editorial: El gobierno de la justicia. Conflictos jurisdiccionales en la Nueva España (s. XVI-XIX)

Rafael Diego-Fernández Sotelo y Víctor Gayol (coords.),  El gobierno de la justicia. Conflictos jurisdiccionales en Nueva España (s. XVI-XIX), Zamora, El Colegio de Michoacán/Archivo Histórico del Municipio de Colima, 2012, 337 p.
Cuarta de forros:

Hace un cuarto de siglo se publicó el resultado del seminario que coordinó el profesor Woodrow Borah dentro de la Cátedra "Alfonso Caso" del IIH de la UNAM, con el título El gobierno provincial en la Nueva España, 1570-1787, obra que tan buena acogida recibiera de parte de la crítica especializada, y que aún en la actualidad se mantiene como referente obligado del tema.
El presente trabajo es el resultado de un nuevo seminario que se constituyó con el propósito de evaluar los avances en este rubro tan pujante de la historiografía mexicana en un lapso en donde tanto se ha publicado sobre el tema, y en el cual la presencia de las instituciones de ciencias sociales fuera de la capital del país ha dejado una impronta profunda, así como las repercusiones tan positivas que se han recibido de parte de la nueva corriente crítica de historia del derecho proveniente principalmente de España, Italia y Portugal.
Una de las modalidades fundamentales que ahora se presenta consiste en el acercamiento que se hace al tema a partir de un conjunto de casos de competencias jurisdiccionales provenientes de los archivos coloniales, que entre otras ventajas permiten entender cómo era que funcionaba el paradigma jurisdiccionalista o, más llanamente, el gobierno de la justicia en el antiguo régimen.
 El índice del libro:


Rafael Diego-Fernández
Estudio Introductorio

Thomas Calvo
Una guía para militares solicitantes en corte. “Los gobiernos mejores de América” (1715)

Paulina Machuca
Colima, encrucijada de dos reinos 

José Miguel Romero de Solís
Instituciones y conflictos jurisdiccionales en las Salinas de Colima (1596)

Víctor Gayol
Política local y gobierno provincial: las disputas por el poder en los pueblos de indios y el gobierno y la administración de justicia provincial (San Bernardino Contla, Tlaxcala, 1780-1804), 

Rafael Diego-Fernández y María Pilar Gutiérrez Lorenzo
El aparato de gobierno del antiguo régimen visto a partir de un conflicto de competencia sobre patronato indiano en la Audiencia de la Nueva Galicia a mediados del s. XVIII 

José Enciso Contreras
Conflictos jurisdiccionales en la Nueva Vizcaya, durante la administración del gobernador Francisco de Barrutia, 1728-1733

Beatriz Rojas
Gobiernos provincial y local: delimitación de jurisdicciones 

Bibliografía General

Índice Onomástico

Índice Toponímico

domingo, 8 de julio de 2012

Redes sociales e instituciones: reseña al libro de Michel Bertrand

Recientemente se publicó el número 26 de la revista Signos Históricos (julio-diciembre, 2011, vol. XIII) mi reseña al libro de Michel Bertrand, Grandeza y miseria del oficio. Los oficiales de la Real Hacienda de la Nueva España, siglos XVII y XVIII, México, Fondo de Cultura Económica, CIDE, CEMCA, Instituto Mora, El Colegio de Michoacán, 2010, 591 p.

"Desde que vio la luz su primera edición en francés, en 1999, Grandeur et Misère de l’office (Paris, Publications de la Sorbonne), despertó un gran interés entre los estudiosos de las instituciones de la Monarquía hispánica entre los siglos XVI y XVIII. En los años siguientes a su publicación, el libro fue reseñado en prestigiadas revistas de México, España y Estados Unidos dándole una bienvenida muy positiva. Como a los vinos, el tiempo le ha adjudicado a esta obra varias cualidades importantes: Grandeur et Misère de l’office ha llegado a convertirse en este lapso en un clásico obligado para quienes cultiven la historia institucional y la historia social en los siglos y términos de la monarquía hispánica. La indudable calidad de su cepa la constituye la excelente mezcla lograda entre una acuciosa investigación por varios archivos de diversa densidad (Bertrand recurrió tanto a archivos generales de la monarquía como locales), el diálogo crítico con una extensa bibliografía (cuya metódica organización en apartados temáticos al final de la obra se agradece) y una toma de posición metodológica, crítica y reflexiva, sobre una debatida disciplina auxiliar de la historia, la prosopografía. Todo ello, por supuesto, sumado a la delimitación precisa de un campo de observación compuesto por las carreras de cerca de 300 oficiales de la real hacienda a lo largo de un siglo crucial -1660 a 1780- en la Nueva España. Dicho de otra manera, cómo funcionó el aparato fiscal del rey en Nueva España, a través de sus oficiales medios, entre la época de la impotencia de Carlos II a la época de la autoridad de Carlos III.

"A lo largo de una década, el trabajo de Michel Bertrand ha sido leído y aprovechado al grado de convertirse en referente obligado para quienes estudiamos las instituciones desde la perspectiva doble de la historia social y la historia cultural. Por ello, resulta difícil escribir algo novedoso respecto al libro, o que nuestros colegas no hayan ya notado o sabido. Sin embargo, al aparecer en español, Grandeza y miseria del oficio… se convierte en una novedad para un universo mucho más amplio de lectores, sobre todo estudiantes universitarios. Merece entonces la pena ocupar el espacio de una reseña para no sólo comentar el contenido del libro, sino intentar insertarlo en una perspectiva historiográfica.


"El aparato de gobierno y administración de justicia de la Corona sufrió grandes transformaciones entre el último tercio del siglo XVII y la segunda mitad del XVIII; precisamente lo que Burholder y Chandler llamaron “de la impotencia a la autoridad” en su clásico estudio sobre las audiencias indianas (1977). De este proceso no estuvo exento el aparato institucional correspondiente a la real hacienda, compuesto por las cajas reales y el tribunal de cuentas. Los oficiales de estas entidades vieron, a lo largo de ese poco más de un siglo, un aumento en su número pero, a veces, una disminución en cuanto a la diversidad de cargos, asumiendo a la vez la realización de las transacciones, las cuentas y su supervisión sin una jerarquía explícita, en el marco del “viejo ideal de colegialidad de la monarquía”, como diría Thomas Calvo en su reseña a Bertrand (Annales, 56ª, No 2, pp. 535-8). A través de las páginas del libro, queda claro que los oficiales reales gozaban de cierta autonomía en sus labores, lo cual invitaba no pocas veces al fraude y a la corrupción. En consecuencia, una ingente serie de leyes estrictas y ordenanzas regulaba los procesos de trabajo en las oficinas reales; la selección de los oficiales más capacitados, es decir, que demostraban conocer los intríngulis del papeleo y las cuentas, aspecto que con el tiempo se convirtió en la búsqueda de una verdadera profesionalización. A ello se sumaba una “cascada de supervisiones” (Capítulo III) instrumentada por los virreyes y los visitadores. Los diversos intentos de reforma del aparato hacendario durante el gobierno de los Borbones fueron desde la desvinculación patrimonial de los oficios de hacienda con el cese de la venalidad (hacia 1720), hasta los grandes ajustes en la época de Gálvez que terminarían con la instalación del régimen de intendencias, que colocó nuevas autoridades intermedias (los intendentes) para hacer más eficaz el control sobre la real hacienda, en la década de 1780.

"Sin embargo, con todo y las reformas y la cascada de supervisiones, muchas de las actividades, que llamaremos “irregulares”, de los oficiales reales siguieron vigentes y multiplicándose. No obstante, aquellas actividades irregulares -que podemos finalmente llamarlas por su nombre: corrupción y fraude-, aunque eran lesivas para los súbditos y, sobre todo, para la Corona, no significaban un fuerte detrimento ni ético ni operativo. La visión de la antigua historiografía sobre el gobierno y la corrupción en la monarquía hispánica, mirada que estuvo tan imbuida del esquema liberal de Estado Moderno donde la responsabilidad del empleado público se encuentra deontológicamente prescrita, nos legó una percepción negra al respecto. Pero los esquemas mentales de la edad moderna eran otros. Al contrario, la corrupción administrativa, como la llamamos hoy, servía como el aceite que engrasaba la maquinaria de gobierno para que pudiera funcionar en relación directa con los intereses económicos y sociales de las elites y los grupos de poder locales y regionales.

"El papel que jugaban en ese sentido los oficiales reales era central, según Bertrand, pues nos ha demostrado en este trabajo la manera en la que los jóvenes peninsulares o criollos promovidos a los puestos de oficiales reales eran recibidos con los brazos abiertos por las familias con intereses económicos locales y regionales y, cosa importante, con hijas en edad casadera. No es extraño que encontremos ciertos paralelismos pues, con los oficiales reales, sucedía algo muy parecido -aunque con sus respectivas dimensiones económicas y sociales particulares-, que con los mineros y comerciantes, que estudió Brading hace unas décadas: la llegada del joven cajero dependiente desde la península, casi siempre pariente en algún grado de patrón o paisano, el afianzamiento de lazos mediante el matrimonio, la renovación de la sangre y los contactos trasatlánticos. Más aún, nos lleva al esquema tan temido por la Corona –tan bien contado por John Leddy Phelan y Tamar Herzog para Quito-, de las familias indianas que intentaban atraer a los oidores y ministros a un buen casamiento local, y que generó tantas reales cédulas respecto a la ajenidad social que debía observar el magistrado para el bien juzgar en conciencia, subsanado por los tantos permisos del rey para el matrimonio entre oidores y damas locales, al menos hasta 1750.

"Pero los oficiales reales no eran ni miembros de familias de comerciantes instaladas de uno y otro lado del Atlántico ni, mucho menos, togados de realce, miembros de las audiencias y del consejo de su Majestad. A su llegada a la Nueva España, los oficiales reales no tenían un peso importante dentro de las redes económicas en términos de producción o intercambio, ni mucho menos, la fuerza jurisdiccional de un togado. Estos jóvenes contadores, tinterillos de los dineros y chupatintas de los libros de cuentas, eran meros oficiales de pluma entendidos en las cuentas, libranzas y los diversos impuestos, pero que difícilmente tendrían una promoción hacia otros mejores empleos (como sí la había en el caso de los letrados). No obstante, estaban insertos en un punto neurálgico del sistema de la economía y el mercado, pues manejaban los ingresos y egresos de la actividad económica que pretendía fiscalizar con rigor la Corona. No eran, en realidad, un buen partido para las hijas de familias criollas acomodadas, o al menos en apariencia. Sin embargo, el estudio demuestra que estas familias estaban más que decididas a realizar estos matrimonios desiguales. Al casar a los recién llegados oficiales con sus hijas, las familias locales adquirían un refrendo de pureza de sangre peninsular, algo que las mantenía en un estatus social importante. Pero, sobre todo, las familias y sus redes comerciales adquirían un operador de confianza en las aduanas y en todos aquellos puntos en el que el comercio y el contrabando se daban la mano. El oficial real adquiría, en contraparte y al apoyar a sus nuevos parientes y en detrimento a la lealtad a la Corona, ser partícipe de una red de relaciones familiares y clientelares con intensos intercambios de favores y servicios que lo ponían en un lugar de prestigio social que posiblemente nunca habría tenido en la península: un nombre, una familia, una red, un linaje que las familias intentaban reproducir para proseguir con el control de facto de las oficinas de su majestad. Obtenían también la posibilidad de enriquecerse fácilmente aunque no en demasía: en algunos ejemplos que nos muestra Bertrand, los oficiales no lograron hacer importantes fortunas en su mayoría. Todo ello lleva a Bertrand a demostrar claramente que los oficiales reales eran uno de los pivotes del diálogo y la negociación continua entre la Corona y las elites económicas y de poder local e, incluso, la punta de lanza en las negociaciones y conflictos entre las elites económicas locales y regionales, de las cuales participaban tanto criollos como peninsulares. Por cierto, esta perspectiva nos hace repensar el problema de los conflictos de intereses en la Nueva España más como un conflicto de doble vía, intereses locales enfrentados entre sí, pero intereses locales unidos y enfrentados con respecto a los intereses de la corona, con lo cual se desdibuja la antigua percepción de conflictos entre criollos y peninsulares.

"Hay muchísimos otros detalles en la obra de Bertrand que son dignos de mencionar, sobre todo en cuanto a la comprensión del proceso reformista del aparato de gobierno de la Corona. A partir del estudio del funcionamiento del aparato fiscal a través de sus miembros, queda claro que toda la serie de medidas implementadas posteriormente a la visita de Gálvez no son más que la culminación de un lento y secular intento por reformar las instituciones que procede desde finales del siglo XVII. Vale la pena también destacar la minuciosidad del análisis de grupo de oficiales pues el trabajo de Bertrand fue en su momento “el estudio más detallado jamás realizado sobre un grupo de funcionarios del imperio español”, a decir de Carlos Marichal (Estudios de Historia Novohispana, 24 [Enero, 2001], 179-82). El propio Marichal subraya al final de su reseña la pertinencia de llevar este análisis a un estudio comparativo, coincidiendo con lo dicho por Mark A. Burkholder en su reseña al mismo libro en el sentido de que un volumen parecido para el Perú sería un complemento muy bienvenido (HAHR, 81:2 [May, 2001], 373-4). Asignatura aún pendiente, hasta donde alcanzo a saber.

"En resumen, podemos decir que la obra que reseñamos aquí ha pasado la prueba del tiempo y sigue teniendo vigencia no solamente como un aporte al conocimiento del aparato de gobierno de la monarquía sino como propuesta metodológica de trabajo. Así que, quienes no se beneficiaron en su momento con la edición francesa, tienen ahora una impecable traducción en castellano a su disposición. Porque, como bien anotó Jorge Silva Riquer (HMex, LII:2 [oct-dic, 2002], 551-6), el trabajo de Bertrand “nos abre una nueva perspectiva de estudio y sobre todo de explicación para entender los entramados políticos, económico, social y cultural que se entretejieron entre los funcionarios reales y los grupos regionales…” Y aquí quisiera detenerme y hacer un quiebre para abandonar la obra de Michel Bertrand y ahondar brevemente en su contexto de producción historiográfica y en su importancia, más de una década después.

"A finales de los años 1980, como muestra Isabelle Rousseau, la prosopografía fue puesta a discusión como una metodología útil (para otros inútil) que podría servir tanto a historiadores como a sociólogos para explicar la formación del Estado. A lo largo de aquella década, se comenzó a utilizar un recurso ya muy conocido en Inglaterra desde hacía décadas gracias a los trabajos de Sir Lewis Namier y que se difundió entre historiadores franceses e italianos. La reconstrucción de las biografías colectivas de un grupo de individuos que compartiesen algo como una función, actividad o estatuto social, a partir de ciertas características como la educación o la carrera, poniendo énfasis en las redes de relaciones personales de los individuos y del colectivo que van desde los nexos y alianzas familiares y de amistad, la formación y dinámica de las clientelas hasta las lealtades y conflictos del tejido. La fuerza explicativa de la prosopografía puede ser muy fuerte pues el detallado conocimiento de los nexos y la composición de las redes y colectividades, sobre todo de las que se insertan en el aparato del estado, pero no sólo esas, permite generar una comprensión distinta que el análisis de clase o la teoría de las élites, en términos, por ejemplo, de las crisis.

"Algunos autores de la historiografía francesa de aquella década, como Autran, puso mucho énfasis en la prosopografía como sinónimo de la historia social de las instituciones. El estudio del comportamiento de los actores que mueven cotidianamente la maquinaria burocrática daba mayor comprensión de su estructura y el funcionamiento que el estudio del marco jurídico e institucional. Sin embargo, los distintos niveles de análisis de los datos personales de los miembros del colectivo pueden tener distintas densidades y el mal manejo del análisis en conjunto puede acarrear el peligro de oscurecer dinámicas importantes del grupo y de su inserción en otros nichos sociales. Por ejemplo, la utilización de la prosopografía exigió adaptar recursos, como las computadoras, para el análisis cuantitativo al mejor estilo de la historia serial y estadística. El análisis de los orígenes, niveles socioeconómicos, trayectorias académicas y desempeño profesional de los miembros del colectivo, todos ello datos cuantitativos, dejaban de lado aspectos cualitativos como los valores, cambios de mentalidades, en fin, el contexto cultural que da sentido a la acción de los seres humanos. La prosopografía, al igual que el análisis de redes sociales aplicado sin más, tenía entonces serias limitaciones a la hora de querer trascender la demostración de la estructura social del grupo, la regularidad de los perfiles socioprofesionales o las estadísticas matrimoniales, para pasar a un análisis de motivaciones, hábitos, disposición o mentalidades.

"Esta preocupación por la comprensión de las lógicas de comportamiento, estrategias familiares, económicas y políticas de los miembros del colectivo de los oficiales reales novohispanos es lo que hace justamente a Bertrand reducir el uso de la cuantificación prosopográfica al mínimo justo y no aplicar en extenso todas las reglas habituales del método. Todo ello con objeto de poner en un diálogo constante la información cuantitativa con los datos cualitativos. Algo que se suele seguir olvidando en los análisis de redes sociales.

En suma, Grandeza y miseria del oficio…, no es solamente un trabajo que aporta un importante conocimiento de parte de la estructura del aparato de gobierno de la monarquía: es un trabajo cuya fina y compleja arquitectura metodológica sigue sirviendo como paradigma para la construcción de una historia socio cultural de las instituciones."

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Para citar este texto: Víctor Gayol, "Michel Bertrand, Grandeza y miseria del oficio. Los oficiales de la Real Hacienda de la Nueva España, siglos XVII y XVIII, México, Fondo de Cultura Económica/Centro de Investigaciones y Docencia Económica/Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos/Instituto Mora/El Colegio de Michoacán, 2010, 591 p.", en Signos Históricos, XIII:26 (julio-diciembre, 2011), pp. 185-191. ISSB 1665-4420

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